Colonia, donde descansan los Reyes Magos.

miércoles, 5 de enero de 2011 5.1.11 Publicado por Raquel Navarro
Se acerca la noche de Reyes y, a la espera de ver si nos traen algún viaje o algún libro que nos haga viajar a modo de regalo, es una buena fecha para recordar una ciudad de Europa ligada a los protagonistas de esta tradición: Colonia.


Después de un largo peregrinaje por Tierra Santa, Constantinopla y Milán, en 1164 las reliquias de los Reyes Magos llegaron a Colonia como regalo del emperador Federico Barbarroja a la ciudad. A partir de entonces, la afluencia de peregrinos fue cada vez mayor, lo que promovió la construcción de una catedral que albergara el tesoro. La Kölner Dom se construyó entre 1248 y 1880, año en el que se depositó la arqueta con las reliquias tras el altar mayor.
Sin duda, la imagen de la catedral gótica grabada en la retina es el mejor regalo que los turistas se pueden llevar de la ciudad. Y no es por desmerecer el resto, pero es que su vista es tan impresionante que es difícil de olvidar. Especialmente si la descubres un día de niebla como me sucedió a mí. 
Recuerdo cómo nada más salir de la estación apareció como una imagen fantasmagórica, con la piedra ennegrecida emergiendo tras la nieblina y la luz de los focos difuminando el contraste con el fondo negro del cielo. No parecía el centro de niguna ciudad, parecía surgida de la nada, suspendida entre la bruma.

Situada a orillas del río Rin, Colonia es la cuarta ciudad más grande de Alemania.  La catedral fue el único edificio que quedó en pie tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial,  aunque sufrió muchos daños. De heho, prácticamente el 80% de la ciudad tuvo que ser reconstruido. Como curiosidad, resulta irónico que, además del Dom, otro de los edificios que resisitió los bombardeos fue la sede regional de la Gestapo (EL-DE Hause), edificio en el que hoy podemos visitar las diez celdas que servían para realizar los interrogatorios y una exposición sobre el paso del nazismo por la ciudad.
En estas fechas navideñas Alemania se llena de mercados navideños y Colonia no podía ser menos. Nada menos que siete mercados salpican el callejero de la ciudad. En ellos podemos encontrar  productos artesanales como juguetes, adornos navideños, bisutería, velas y trabajos en madera; sin olvidarnos de las casetas gastronómicas. Para los alemanes los mercados son puntos de encuentro en los que resguardarse del frío tomando un vino caliente especiado, salchichas, patatas asadas y, cómo no, la cerveza local: Kölsch.
Además del Carnaval, uno de los más importantes de Europa, en Colonia se pueden visitar varios museos:
-El Museo del Chocolate: como su nombre indica alberga una exposición sobre el origen del cacao y  la elaboración del chocholate.
-El Museo Ludwig: posee una de las mejores colecciones de arte abstracto, surrealista  y pop art de Europa. 
-El Museo Romano-Germánico:  con obras que recogen la huella dejada por los romanos en Alemania.
-El Wallraf-Rochartz Museum: alberga obras de Rubens, Rembrandt, Lochner, entre otros.
Para más información: http://www.museenkoeln.de/

Por último, y como curiosidad, el agua de colonia debe el nombre a esta ciudad ya que fue aquí donde el italiano Farina la inventó en el siglo XVIII. Años más tarde, la empresa que compró la licencia para su fabricación fue obligada a no utilizar el nombre de Farina, por lo que decidió emplear el número de la casa donde se encontraba la fábrica, el 4711, nombre por el que sigue siendo conocida.


Colonia es una ciudad cómoda para visitar. Moderna, cultural y con mucha vida nocturna. Eso sí, si piensas ir en invierno te recomiendo que vayas bien abrigado, más que por el frío por el índice de humedad, que suele rondar el 80%.



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