Lo tengo claro. Si me preguntan cuál es el viaje de mi vida, no tengo duda. Cruzar la estepa siberiana a bordo del Transiberiano en pleno invierno. ¿Por qué? Lo cierto es que no tengo ni idea. Pero el sueño de hacer ese viaje me ha acompañado toda la vida. Seguro que leer a novelistas rusos tiene mucho que ver. Y aquí no hablo de Tolstoi, Gorki (imprescindible leer “La madre”), Dostoyevski o Chéjov, a los que me aficioné años más tarde. Fue “El don apacible”, obra escrita por Mijail Sholokhov, esa saga de cosacos que no sé ni cómo llegó a la estantería de mi casa, la que me descubrió Rusia.
Si la habéis leído y recordáis su argumento os preguntaréis qué tiene que ver con el tren. Tengo que encogerme de hombros, porque en realidad el trayecto del Transiberiano no se cruza con la zona del río Don, donde se desarrolla esta novela. ¡Quién sabe! Recuerdos de la adolescencia unidos por el subconsciente.
Moscú-Vladivostok: 9288 km .
El Transiberiano no es un tren. En realidad es una red ferroviaria que conecta la Rusia occidental con la oriental. Constituye la línea ferroviaria más larga del mundo. Su construcción comenzó en 1891 en un intento de facilitar las comunicaciones entre la Rusia “europea” y el cada vez más próspero puerto de Vladivostok. La mano de obra corrió a cargo de soldados y convictos de la isla de Sajalín.
Desde que se inaugurara en 1904, no ha dejado de prestar sus servicios, independientemente de la situación meteorológica.
En siete días de viaje, la línea principal atraviesa varios de los ríos más grandes del mundo, el lago Baikal, 87 ciudades, 8 husos horarios y alrededor de 400 estaciones de tren.
La red del Transiberiano confluye con otras dos: la del Transmongoliano (que en Ulan-Ude parte hacia Pekín, vía Ulan Bator) y la del Transmanchuriano (que conecta Társkava con China).
¿Cuál será el mejor momento del año para hacer este recorrido? Debo de estar loca, pero yo iría en pleno invierno. El tren ya no es el del siglo pasado, en el que los viajeros debían ir forrados para soportar las temperaturas de hasta -30ºC (en el exterior). Ahora está equipado con calefacción y aire acondicionado. Pero la imagen de la estepa blanca o del lago Baikal helado, leyendo al calor del samovar del vagón tiene que ser fascinante.
Siete días, un visado, entre $400-$700 (según la clase en la que queramos viajar) y ropa de abrigo. ¿Alguien se apunta?
4/18/2010
me gusta mucho todo. besos.eukene
4/19/2010
Puff, que me vas a contar de libros y viajes, Raquel. Tu periplo ruso suena bastante apetecible, pero me has dado alas para relatarte mi sueño literario-viajero: es, sin duda, hacer la ruta de todas las casas palaciegas y localizaciones de las hlistorias de Jane Austen, incluyendo, por supuesto, los lugares que formaron parte de su vida. Soy, si se puede decir asi, "Austenita", jaja, y desde que me encandile con ella, con sus historias y sus personajes empece a fabricar ese sueño. ¡Cual seria mi emocion al encontrarme en la galeria de esculturas de Pemberley, la casa de sr. Darcy, de Orgullo y Prejuicio! :) Y pasear cual Elizabeth Bennet por Bath, Londres o cualquiera de los pueblecillos austenianos??Me encantaria...pero acompañada, claro, para poder compartir la emocion, asi q te cambio un transiberiano por un Chatsworth (nombre real de la casa Pemberley)...q tal ese trato?? ;)
(Disculpa la ausencia de tildes, es mi pc), bss
p.d. Me encanta tu blog! (he dicho :D) natalia
4/26/2010
A mi el viaje me apasiona, aunque no sea un asiduo lector de libros, ¿a quién no le gustaría la idea de recorrer el país más largo del mundo? Sería de tontos no tenerlo en cuenta!!
Por cierto otra ruta que haría sería la Ruta 66 aunque eso seguro que es otra historia que contarás :P
Un saludo del pesado de San Francisco.